Existen 2 tipos principales de sensores para aire comprimido: de inserción y en línea. Ambos son invasivos, pero se instalan de dos maneras diferentes. Antes de entrar en estos 2 sensores hay un par de factores más a tener en cuenta a la hora de elegir una ubicación adecuada para los sensores.
- El sensor debe instalarse después del secador y el filtro. Si el aire de la red está demasiado húmedo o sucio, se dañará el sensor y las mediciones se verán rápidamente afectadas.
- La presión máxima de trabajo de nuestros sensores es de 16 bares, dependiendo del tipo de sensor.
- Si hay un depósito de inercia cerca de la ubicación del sensor elegido, esto influirá en la interpretación de los datos. No es un problema en sí, pero debe tenerse en cuenta a la hora de buscar determinados resultados.
Sensores de inserción
El sensor de inserción es nuestro sensor principal que puede utilizarse en tuberías con un diámetro exterior de 48,3 mm (1,25 BSP o DN40) y superior. Este sensor puede instalarse taladrando un pequeño orificio e insertando el sensor hasta la mitad de la tubería.
Para tuberías de menor diámetro disponemos de un sensor en línea. Los tenemos en 2 tamaños:
- 1 BSP (33,7 mm o DN25). Este sensor puede manejar un caudal máximo de 250 m3n/h.
- ½BSP (21,3 mm o DN15). Este sensor puede manejar un caudal máximo de 80 m3n/h.
Los sensores sólo pueden instalarse en tuberías de diámetro igual o inferior para evitar que se conviertan en un cuello de botella de presión en su red.
Consulte aquí la ficha técnica de nuestros sensores.